Encontrados restos de huesos, cerámica y platos del siglo XVIII en las dos arcadas de la Iglesia Mayor

 
Los arqueólogos no han hallado pasadizos como se especulaba, sino muros que pueden tener más de cien años de antigüedad respecto a San Juan Bautista.-

El pasado lunes, miembros de ERA, dirigidos por la arqueóloga Rita Benítez Mota, abrieron una de las arcadas de la Iglesia Mayor, la de la calle Martín Jiménez, para averiguar qué había en ella. Se barajaban varias posibilidades, encontrar pasadizos a salas o a la cripta, pero la realidad fue más simple: algunos huesos, fragmentos de platos y cerámica.

Este año se celebra el bicentenario de la Iglesia Mayor. Comenzó el pasado 24 de junio, fecha en la que se conmemoraba la primera misa que se dio en este lugar tras la reforma a cargo del Magistral Cabrera. Se han programado diversas actividades durante el año y una de ellas era descubrir qué se escondía tras las dos arcadas que dan a las calles Martín Jiménez y Rosa.

En la primera de ellas lo que encontraron fue relleno típico de la época en que se hizo la actual Iglesia Mayor. Y entre éste, restos de huesos y fragmentos de platos, eso sí, del siglo XVIII, lo que le da una gran importancia.

En la arcada citada también se toparon con un muro de un metro de ancho aproximadamente, que es anterior a la iglesia, lo que hace suponer que es del templo original, o sea, que tiene más de cien años que la iglesia de San Juan Bautista.

Estos trabajos se están realizando para conocer lo más posible de la historia de la Iglesia Mayor y averiguar si los lugares que estaban cerrados, una vez quitada la tierra, continuaban hacia el interior y tenían pasadizos.

MURO Y RESTOS SERÁN ANALIZADOS

El Ayuntamiento contactó con la delegación provincial de Cultura, a la que le pidió permiso para llevar a cabo estos trabajos, autorización que concedió. Tras abrir la arcada y sacar todo lo que allí había, la cerraron.

Ayer martes le tocó el turno a la de la calle Rosa, frente a la delegación de la Mujer. Allí se encontraron con lo mismo. Un habitáculo ciego, que no conducía a ningún sitio. Sacaron la tierra y entre ésta aparecieron algunos huesos, trozos de cerámica y de platos.

Los trabajos están siendo supervisados por la arqueóloga chiclanera Rita Benítez Mota, que dirige también ERA. Lo allí hallado no es muy importante si lo comparamos con otros restos hallados en la zona de hace dos mil años o más de tres mil como los que aparecieron en el colegio “El Castillo”, aunque servirá para tener más datos sobre este templo y teniendo en cuenta que se celebra el bicentenario, tendrán algo más que mostrar y contar.

De todas formas, tanto los restos como el muro serán estudiados por los arqueólogos en cuanto terminen los trabajos, que esperan que sea hoy miércoles.

Con este hallazgo se terminan las numerosas hipótesis que circulaban sobre lo que podía haber detrás de las puertas de las calles Rosa y Martín Jiménez. Se ha llegado a decir que llevaban a pasadizos secretos, que había cuerpos de la guerra civil e incluso restos de personas traídas de Conil y Barbate, que fueron enterradas vivas.