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El museo de “Muñecas Marín”


Félix Arbolí [colaboraciones].-     

Ante la favorable y entusiasta acogida que tuvo mi anterior artículo sobre el cierre de la Fábrica de “Muñecas Marín, (noticia tan inesperada, como triste), y mi proposición de pedir el nombre de una calle a esta singular industria artesana, he investigado en el asunto y me he dado cuenta que ya existe una dedicada a su fundador, Artesano Pepe Marín. 

Un merecido homenaje al genio artístico que más fama y prestigio ha dado a su pueblo en todo el  mundo. No obstante, como mi tierra chiclanera es tan apática a reconocimientos y gratitudes a los hijos que más hacen por ella, temo que esta entrañable fábrica de sueños convertidos en maravillosas muñecas, corra igual suerte que la de nuestro ilustre dramaturgo, don Antonio García Gutierrez.

Tuvieron que transcurrir noventa años de su muerte para que bajo mi promesa de ocuparme de él, ofrecida en una conferencia que di en el entonces Club “Pepe Gallardo”, le hiciera su debido homenaje y merecida justicia. Lo prometí y así lo hice nada más regresar a Madrid, localizando sus restos en una rota y abandonada tumba de un viejo cementerio ya en desuso y haciendo todas las gestiones necesarias para su traslado solemne al Panteón de Escritores Ilustres, donde se hallan desde entonces.

Nuestro ilustre paisano tuvo que esperar cerca de un siglo para que alguien se acordara de él y le diera honrosa sepultura. Hasta ese momento solo quedaba como recuerdo de su existencia y homenaje de su pueblo natal, una pequeña estatua con su busto, falta de letras y llena de excrementos de palomas en una calle sin mucho tránsito.

Prometí enmendar esa incalificable dejadez y apatía y sin ayuda de nadie, así lo hice. El alcalde de entonces era Carlos Bertón y solo tuvo que pagar los gastos que se ocasionaron.

DEUDA DE GRATITUD

Si hubiera dispuesto de los fondos necesarios, ni siquiera eso hubiera solicitado. Luego, cuando se celebró el bicentenario, otros se colgaron las medallas y a mí me ignoraron por completo. Aún estoy esperando un simple recordatorio a la labor realizada.

Fue una ofensa y una ingratitud que jamás podré olvidar, aunque sí perdonar, pues aunque nadie lo dijera y reseñara, si no es por mi búsqueda, gestiones y traslado al Panteón, ese bicentenario y homenaje no se hubiera celebrado, como ocurrió en los noventa años que estuvo oculto e ignorado de todos.

Claro que yo no lo hice pensando en esas cuestiones, pues conozco a la burocracia chiclanera y a los enchufados de última hora, cuando ya todo está hecho. Sin embargo, siempre estaré dispuesto a ofrecer mis esfuerzos y toda mi ayuda en beneficio de la  tierra donde nací y de la que me siento orgulloso, aunque algo dolorido.

Mi idea era saldar esa deuda de gratitud que todos teníamos con ese paisano tan especial y relevante y me siento satisfecho de haberlo conseguido.

Sé que si no me muevo y logro interesar en este Museo de Muñecas a los mejores y más amantes de nuestro pueblo, el asunto lleva el camino del anterior y pasarán otros noventa años sin que nadie se acuerde de realizarlo.

TESTIMONIO DE UN PASADO

Posiblemente ya el valioso material habrá desaparecido o se habrá deteriorado, y perderemos la hermosa y fascinante ocasión de  mostrar a todo el que nos visite que en ese privilegiado rincón de la provincia gaditana nació este afamado artesano que a base de ingenio y amor su tierra fue capaz de crear un mundo de belleza y fantasía que hizo popular y archifamosa a Chiclana en el mundo entero. 

Este Museo debería ser la meta y el objetivo a cumplir de todo aquel que se precie y preocupe por las cosas de su tierra natal. Es un deber que hemos de asumir y me gustaría ver convertido en espléndida realidad antes de desaparecer de este mundo y de Chiclana, la Dulcinea de mis batallas quijotescas, donde tuve la suerte de nacer.       

He hecho ya averiguaciones y sé que la propiedad de la citada fábrica fue cedida por la familia Marín al Ayuntamiento de la localidad, siendo alcalde Manuel Jimenez Barrios. Ya todo depende de que se nombre una comisión apolítica, que se ocupe de que este sueño se realice, para deleite de cuantos nos visiten y como testimonio de un pasado donde Chiclana ocupaba los más selectos locales de todo el mundo gracias a la belleza y el garbo de sus célebres muñecas, nuestra más eficaces embajadoras.

El pueblo, único heredero de este importante legado, tiene la palabra. Si es cuestión de llenar listas de apoyo, ahí va mi nombre y total adhesión. 


1 comentario:

  1. Poco a poco van desapareciendo establecimientos tan emblemáticos como la “Casa de muñecas” de la Gran Vía de Madrid o la Fábrica de " Muñecas Marín” de Chiclana. .Detrás de la desaparición suelen estar las “zancadillas” y/o “la pela” en forma de alquileres que suben muchísimo, o de chinos que hacen la competencia vendiendo a precio de saldo porque no pagan los impuestos que deberían pagar, etc. etc.
    Como Vd. bien dice, y lo ocurrido con don Antonio García Gutiérrez es un buen ejemplo, unos hacen el trabajo y otros se cuelgan las medallas. Por eso, lo mejor que pueden hacer en Chiclana para lo relacionado con el Museo es lo que Vd. propone: que se nombre una comisión “apolítica”..
    Un abrazo

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