Mariel Martínez, una grata sorpresa que nos embrujó con sus tangos y milongas

“La Porteña Tango Trío” la acompañó en una noche mágica.-

Seguramente muchas de las personas que se acercaron el pasado sábado al “Teatro Moderno” a ver el espectáculo de tango de Mariel Martínez y “La Porteña Tango Trío”, iban pensando oír “Cambalache”, “Volver”, “Adiós muchachos”, “Caminito” o “Mi Buenos Aires querido” entre otros, pero se encontraron que lo que les ofrecieron no estaba dentro de los cánones clásicos de esta modalidad musical. Pero, seguramente también, no salieron defraudados con lo que vimos y escuchamos.

El tango sigue demostrando que por muchos años que pasen continúa siendo atractivo para el público y eso se comprobó este fin de semana, con un teatro que registró una gran entrada, siendo muchos de los espectadores foráneos.

Para la inmensa mayoría el nombre de la cantante, Mariel Martínez, no les sonaba. Nos sacan de Gardel o Acuña y nos perdemos. Con una escenografía sencilla y con tres espléndidos músicos sobre el escenario, fue capaz de transmitir sensaciones maravillosas mientras nos ofrecía un repertorio de tangos y milongas que para los profanos resultaban desconocidos.

Mariel mantiene, acertadamente, que en vez de interpretar las mismas canciones de siempre, es preferible ofrecer temas de autores nuevos o de otros antiguos pero menos conocidos para el público, para que algún día los noveles sean también unos clásicos. Nos hizo partícipes de unos bellísimos tangos, comenzando con el que da título al quinto disco que ha editado, “Buenos Aires… Cuando lejos me vi”.

CANTANTE CON PELLIZCO

Con una magnífica voz, esta joven canzonetista argentina nos fue adentrando por los vericuetos de esta música, sensual y triste, con historias de amores y desamores, contando en varios de ellos con la presencia de dos parejas de tanguistas que ilustraron con sus bailes las canciones que escuchábamos.

Mariel nos habló y contó de autores como Homero Manzi o Francisco Canaro, de Ada Falcón (interesante historia la que nos narró) importantes dentro de este mundillo, pero que no nos resultan familiares.

Cantó el tango “Recién”, “Yo no sé qué me han hecho tus ojos”, “Cuando tú no estás”, “Lejana tierra mía”, la milonga “Verdemar”, “Celosa”, varios valses criollos (“Un placer” entre ellos), “Loco”, “Esquinas porteñas” o “Luna curiosa” fueron otras de las canciones ofrecidas.

La voz de Mariel Martínez es grave, pero melodiosa, te llega, tiene pellizco y conecta con el espectador muy bien. El concierto se hizo ameno y la hora y media pasó con rapidez. Estuvieron muy comunicativos con el público y nos dejaron bellos recuerdos en forma de canciones.

EXCELENTES MÚSICOS Y BAILARINES

Destacar así mismo a los tres músicos que la acompañaron: Alejandro Picciano, excelente guitarrista y que acompaña a Mariel desde hace años), su hijo Matías, que con 19 años domina el bandoneón como si fuera ya un veterano, y el pianista Federico Peuvrel, el contrapunto perfecto.

Reseñar también a las dos parejas de bailarines, Sebastián Ovejero y Marie Quilly, y Alberto y Cristina (Alycristango). Magníficas ambas. Tampoco podemos olvidarnos de las imágenes que proyectaron durante el espectáculo, que nos trasladaron a Buenos Aires y sus calles.

En resumen, un gran concierto que esperamos poder repetir dentro de algún tiempo, con un ramillete de tangos que prendieron en cada uno de nosotros. Y sin echar en falta a los clásicos cuando lo que te ofrecen es de calidad y está bien interpretado. Habrá que seguir a esta joven cantante y a su grupo de ahora en adelante. El tango, de nuevo, nos conquistó.