“La Porteña Tango Trío”, ¡qué bueno que volviste!

Gran concierto en el Teatro Moderno, donde presentaron su último disco, ¡Qué me van a hablar de amor!.-

El pasado viernes pudimos disfrutar de nuevo del arte de La Porteña Tango Trío, que nos ofreció un concierto redondo, en el que hubo un poco de todo, tango, baile, teatro, historias, aderezado con la magnífica voz de Eugenia Giordano, que en un año se ha adaptado completamente al espíritu de estos magníficos músicos.

Nos alegramos de que volvieran a Chiclana, porque el buen sabor de boca que nos dejaron hace dos años por estas fechas, ha impedido que nos olvidáramos de ellos. Si la primera vez nos sorprendieron con las canciones que interpretaron, ahora, ya avisados de sus intenciones, nos permitió disfrutar desde la primera a la última, con la tranquilidad de saber que íbamos a oír algo distinto a lo que estamos habituados a escuchar.

Ya dijimos entonces que es muy arriesgado ofrecer temas desconocidos para el gran público, que espera los clásicos de siempre y que se encuentra con que no les suena nada de lo que oyen. Pero al contrario de lo que pudiera creerse, los espectadores son rápidamente atrapados por los sones de los tangos, milongas y otros estilos que La Porteña Tango Trío (Alejandro Picciano, guitarra; Federico Peuvrel, piano, y Matías Picciano, bandoneón) les lanza desde el escenario.

El día de la actuación les contamos la vida y obra del grupo y sus acompañantes, por lo que no vamos a incidir en lo mismo. En este enlace pueden enterarse, si no lo hicieron en su momento, quién es este trío y el gran bagaje que tienen tras de sí. Tango de categoría esta noche con “La Porteña Tango Trío” y Eugenia Giordano

AGRADABLES SORPRESAS

Esta segunda visita estuvo llena de novedades y sorpresas. Tienen una nueva cantante, Eugenia Giordano, que nos conquistó desde la primera nota que salió de su garganta. Y nueva pareja de baile, Damián Roezgas y Amira Luna, que a pesar de su juventud, 28 y 21 años respectivamente, demostraron la calidad que tienen y lo que todavía pueden mejorar.

Si hace dos años nos ofrecieron piezas desconocidas del tango, en esta ocasión siguieron por el mismo camino y la mayoría pertenecieron a Héctor Chupita Stamponi, uno de los compositores más importantes de la década de oro del tango, autor de las canciones que componen el último disco de La Porteña: ¡Qué me van a hablar de amor!

En las dos horas que estuvieron sobre las tablas del Moderno pudimos disfrutar de Danzarín (instrumental), La yumba (con la primera intervención de Damián y Amira), Quedémonos aquí y El último café con la voz de Eugenia Giordano, Bajo un cielo de estrellas (con el grupo al completo), El choclo o Vuelvo al sur.

Libertango fue otro de los momentos mágicos de la noche, que continuaron con Virgen de la aurora y un mano a mano entre la cantante y el bandoneonista, Perdóname (magnífica), Ventanal, Una lágrima tuya, El abrojito, La trampera, Azabache, Un momento, la que da título al disco (¡Qué me van a hablar de amor!) y Esta noche de luna, con el trío, la cantante y la pareja de baile haciendo las delicias del ya entregado público.

REINVENTARSE PARA SEGUIR TRIUNFANDO

Como es lógico, éste pidió más y La Porteña se lo dio, finalizando con La Cumparsita, gran broche para una jornada de altísimo nivel de música, canto y baile. Fue un espectáculo ágil, divertido y con pinceladas de historias del tango y sus tanguistas.

Esta Porteña se ha reinventado tras los cambios producidos y pronto llevarán el tango a Rusia, donde triunfarán con un espectáculo muy bien construido y que desde la primera nota ya empiezan las buenas sensaciones. Al día siguiente triunfaron en Salobreña, como antes lo hicieron en Mallorca y otras tantas ciudades en las que han actuado en lo que va de año.

Por cierto, esa noche cumplía años Alejandro Picciano, y el público, que había vibrado con sus toques de guitarra, le devolvió parte de ese tesoro armónico cantándole el Cumpleaños feliz. Fue una noche de fiesta en todos los sentidos y los que se la perdieron deberían zaherirse por ello. Ya les advertimos que sería una noche grande de tangos.

Gracias por regalarnos dos horas de magia tanguera. Buenos Aires y España, y Chiclana, están más cerca de lo que parece y en la comunión entre ambas ciudades radicó el éxito. Como dicen por allá, ché, ¡qué bueno que volviste! La próxima que sea más corta, que dos años son muchos aunque el tango diga que veinte no son nada.